Argentina: “El problema que tienen es que vendieron la tierra con los indios adentro”

Cuando iba a visitar al padre a la estancia de Benetton, veía que los carneros estaban mejores que los peones. Una historia sobre el despojo, el racismo, los reclamos del pueblo mapuche y Santiago Maldonado.

Lucho Aguilar. Desde Esquel- Mi viejo se jubiló hace 4 años en la Estancia de Benetton. Recuerdo cuando tenía 6 o 7 años y lo iba a visitar a la estancia porque él tenía 8 horas a caballo. Cruzaba el mismo río donde lo agarraron a Maldonado, en invierno. Y me acuerdo que veía como los carneros, que después desfilaban por la Sociedad Rural de Esquel o Comodoro, vivían mucho mejor que los peones. Los carneros tenían viruta en el piso para que las patas no se dañen. Tenían luz eléctrica, alimento y agua a discreción; no les podía faltar nunca. Después iba a la pieza de mi viejo, donde tenía el fogón, era una pieza chiquita que se llenaba de humo. Tenía el recado, el perro y el camastro; recuerdo que tenía un platito de lata. Eso era todo. Yo no había leído a Marx, a Mao ni era anarquista, pero uno va viviendo eso de chico. Primero con la inocencia propia de la edad. Y después te das cuenta: no está bien esto”.

Así recuerda Daniel Loncon cómo fue comprendiendo, y sintiendo, la realidad del pueblo mapuche. Su pueblo.

Recuerdo de chico cuando iba a ver a papá; los carneros, que después desfilaban por la Sociedad Rural, vivían mucho mejor que los peones

- Y también tengo muy presentes los relatos de mi vieja, cuando la abuela le contaba de chica “se escapaba de la guerra”. Y a mí en la escuela me hablaban de la guerra en Europa a lo sumo. No me cerraba. Resulta que “la guerra” que le contaba era la “campaña del desierto”. Entonces los relatos eran de escapar de noche, dormir en cuevas durante el día, alimentarse de animales muertos que encontraban. Esos son los relatos de nuestra trama familiar. Yo nací en Cushamen, mis viejos son mapuches los dos.

Así, de a poco fue reconstruyendo el tugun, el origen. “Que no tiene que ver con el linaje que dice Lanata”, aclara con una sonrisa.

Una historia del despojo

Se sabe. Las columnas del ejército de Roca fueron masacrando y empujando a los pueblos originarios debajo del Río Negro. Y más.

- Después de la “conquista”, el gobierno fue organizando lo que llamó “reservas” y “colonias pastoriles”. Nosotros decimos que son “los campos de concentración” donde quedó confinada nuestra gente, muchas veces en lugares que creían inhabitables. Muy contrariamente a los pronósticos, nuestro pueblo sobrevivió, y se siguió proyectando. Entonces el Estado tuvo que armar ciertos dispositivos gubernamentales: la escuela, el juzgado de paz, las comunas.

También la iglesia católica, a través de la orden de los salesianos. Cuando llegan los principales organismos del Estado, después de la conquista militar, empiezan a llegar colonos galeses y sirio-libaneses. Vos recorrés la zona de Cushamen y muchos de esos colonos hoy son dueños de grandes estancias y las comunidades que vivían en esas tierras son peones de esas estancias.

Y fue así. Los hombres tuvieron que alambrar los campos de los que eran despojados. Y luego arriar el ganado ovino, como peones: nadie sabía manejar mejor los animales.

- Hace poco fuimos a ver a Osvaldo Bayer y una de las cosas que le contábamos era eso. En las huelgas del 21 se pedía jabón y velas. Acá en las estancias de Benetton no han cambiado mucho las condiciones. Pero por el otro lado le reconocíamos su compromiso. Él fue uno de los primeros que denunció, hace muchos años en un medio que se llamaba La Chispa, el despojo de Cushamen. “Devuelvanle las tierras a los Nahuelquir” se titulaba la nota.

Los hombres tuvieron que alambrar los campos de los que eran despojados. Y luego arriar el ganado ovino, como peones

Minche mapu (o lo que hay debajo de las ovejitas)

- La excusa parecieran ser las ovejitas de Benetton. Pero sabemos que debajo de la tierra, en el subsuelo que nosotros denominamos minche mapu, está lo que lleva al poder económico a consumar la segunda conquista material. Tiene que ver con los minerales, el agua, los glaciares, el petróleo y el gas. ¿Por qué Benetton tiene 900 mil hectáreas? Hay especulación, adquisición de grandes territorios, porque en algunos puntos de ese territorio hay recursos. Vos podés hacer un cateo general de todo y no es lo mismo que tengas 900 mil hectáreas que 20. Pero, ¿cuál es el principal problema que tienen? Que vendieron la tierra con los indios adentro.

Daniel recorre mil historias de despojo. Desde Doña Juana, que de tanto en tanto se bajaba alguien de una camioneta y le decía “yo compré estas tierras”, hasta las tierras que recorren la cordillera, a ambos lados, codiciadas por sus riquezas minerales, de hidrocarburos y agua.

- Si hay alguien que ha velado por la soberanía territorial – está convencido Daniel – son los pueblos indígenas. Sino cualquier porteño llegaría hasta el Río Negro y se encontraría con una empresa de seguridad privada diciéndole “acá no se puede pasar”. Sino que intente entrar a Lago Escondido. Salvo que sea Macri o amigo de Macri, no va a poder entrar.

Y sigue.

- Esta avanzada de saqueo, extractivista, se termina enfrentando con poblaciones que están resistiendo. Y no solamente resisten en sus territorios, sino que dan un paso más y recuperan territorio. Y ese es el planteo que hace el Movimiento Autónomo de Puelmapu (MAP), en el cual se encuentran la Lof en Resistencia de Cushamen y otras comunidades. El primer punto, que molesta mucho al poder, es recuperar las tierras productivas del latifundio. Nosotros hemos visto como nuestros viejos han desfilado por organismos gubernamentales, buscando el papel que te “la propiedad” y se han muerto en esa discusión. Por eso la recuperación territorial es un proceso de reafirmación identitaria. Nosotros decimos que si hay recuperación territorial, es porque primero hubo un despojo, y ese es el despojo que el Estado se niega a reconocer.

Y del relato queda una anécdota. Fue cuando hace algunos meses llegó personal de la Dirección de Asuntos Indígenas provincial a hablar con la gente de la Pu Lof. ¿Y qué llevaban? Pastos, becas, subsidios. Una bolsa cargada de eso. Y los chicos le empezaron a hablar de autonomía, autodeterminación, control territorial. “No, de eso no tenemos”, les contestaron los del DAI.

Nosotros decimos que si hay recuperación territorial, es porque primero hubo un despojo, y ese es el despojo que el Estado se niega a reconocer.

Los “Roca” del siglo XXI

Los gobiernos entregan las tierras y recursos naturales a los mismos de siempre. Donde ayer estuvo la Southern Land Company después se convirtió en la Compañía de Tierras del Sud que hoy forma parte del Grupo Benetton. Pero en otros lugares son las multinacionales petroleras o mineras.

- Lo que nosotros denunciamos es un corrimiento totalmente del Estado para darle lugar al privado. Entonces tenés unos Lewis, unos Benetton, unos Tompkins, que manejan las policías locales, los intendentes, con la venia del Estado. Lewis dona una ambulancia, Benetton construye un gimnasio, donan una vaquillona. Así hasta que te encontrás con la comisaría de Leleque, que tiene en su fachada la “S” de la Compañía de Tierras del Sud.

Daniel va más allá. No se trata sólo del Estado nacional. De ahí para abajo, todos los gobernantes se convierten en gestores de la entrega.

- Los municipios de la Cordillera se han transformado en verdaderas inmobiliarias, ampliando el ejido municipal para lotear, vender y generar arcas propias. Un poder político desde Rawson, que mediante el IAC (Instituto Autárquico de Colonización) maneja la tierra pública en Chubut. Los funcionarios del IAC estuvieron procesados por venta ilegal de tierras acá en Cholila. En esa triangulación tenés al Estado, los municipios y lo que no se pueda resolver por esas vías, va a la justicia, que te acusa de usurpador y te desaloja.

Tenés unos Lewis, unos Benetton, unos Tompkins, que manejan las policías locales, los intendentes, con la venia del Estado

En el caso de la Lof en Resistencia, la primera imputación fue por “usurpación de tierras”. Pero como era un delito excarcelable, difícil de probar, entonces las acusaciones empiezan a ser más graves.

- Hubo un juez, Sachino, que hizo el primer amague de “Ley Antiterrorista”. Hasta el propio Otranto le dijo “un grupo de personas, con piedras y gomeras, no constituye un peligro para la seguridad de la Nación”. No era un intento inocente, si el intento de Sachino pasaba estaríamos en otra situación. Chile aplica la Ley antiterrorista a rajatabla.

Además de participar de los reclamos del pueblo mapuche por su territorio Loncon impulsa, junto a la abogada Sonia Ivanoff, la cátedra de Promotores Jurídicos Indígenas. Allí analizan la situación de sus comunidades y cómo dar respuesta. La criminalización de los pueblos originarios ha sido una de las constantes en los últimos años, casi siempre ligada a las cuestiones de territorio. Si la justicia es de clase, también es racista.

El racismo a flor de piel

En las últimas semanas, lo que muchas veces parecía estar oculto, volvió a emerger. Hace algunos meses, un concejal del PRO había dado un anticipo. Fue cuando dijo “gracias a Dios no tengo sangre ni mapuche ni tehuelche, soy blanquito”, arremangándose la camisa.

- Como hablaba Galeano en Los nadies. Unos tienen religión otros tienen supersticiones, unos tienen arte otros artesanías, unos lenguaje otros dialectos. Siempre un escalón abajo. Y este proceso está permitiendo que salgan las mejores virtudes, pero también las peores miserias humanas, que estaban solapadas. Fíjate la paradoja que cuando hablamos de los atractivos de Esquel, la gente te dice La Trochita y La Hoya. ¿Cuánta gente de los barrios San Ceferino, o Cañadon, que son los barrios donde “tiraron” a la gente que sacaron con el desalojo de Nahuel Pan en el 37, van todos los inviernos a esquiar?

Hay una desligitimación del discurso indígena, que se corresponde con todo el sustrato racista del Estado argentino.

Y asegura que una parte de la sociedad no se está bancando el debate. Y que desde el poder se busca desligitimar no solo los reclamos; también la propia palabra.

- Es lo que pasa con Santiago Maldonado. La comunidad desde el primero y segundo día está diciendo “se lo llevó la Gendarmería”. Y el gobierno y ciertos medios dicen “no, está en Entre Ríos, lo vieron en Chile, allá”. Hay una desligitimación del discurso indígena, que se corresponde con todo el sustrato racista del Estado argentino.

La desaparición de Santiago y el reclamo del pueblo mapuche

A los pocos días de la primera charla nos encontramos con Daniel en un retén policial en la Ruta 40. El juez Otranto ha ordenado un operativo gigantesco para “rastrillar” todo el territorio mapuche. Otros miembros de la comunidad y un grupo de jóvenes se ponen al costado de la ruta con una bandera que reclama por Santiago.

- No hay que olvidarse que pedimos la aparición con vida de Santiago Maldonado. También la libertad del lonko Facundo Jones Huala. Esas eran las banderas que Santiago levantaba, el tipo tenía principios.

Daniel recuerdo los heridos de la represión del 10 y 11 de agosto de este año. Ese muerto, ese “cazar a un mapuche”, venía desde antes.

- Y después ha habido una manipulación muy perversa del gobierno de la causa en sí. Una subestimación atroz, correspondiente con el sustrato racista del Estado argentino, de no valorar el testimonio de los mapuches. Espectáculos como el de Lanata o Repetto, son parte de una sociedad que no reconoce a un “otro” distinto.

Para Daniel algunos no quieren entender que haya un movimiento indígena que ya superó la mayoría de edad.

- Siempre se dijo acompáñennos pero no intenten cooptarnos. Sabemos que no tenemos las fuerzas hoy para enfrentar al poder económico. Por eso es importante la alianza del movimiento popular, del movimiento obrero, o en otros lugares del movimiento campesino. Eso lo tenemos claro. También que el tema de la desaparición forzada de una persona, de Santiago, además está interpelando a la sociedad entera con un componente nuevo que es el componente indígena. Nunca se dijo la palabra “mapuche” tantas veces.

Foto: Mariana Eliano

fuente:http://www.laizquierdadiario.com